jueves, 5 de septiembre de 2013

Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseño a resistir.
Un día, me mintieron de tal forma que aprendí a ir siempre de frente con la verdad.
Un día, quien menos imaginaba me falló y entendí que las palabras se cumplen y de los actos hay que hacerse cargo.
A veces es necesario dar vuelta la página y empezar de cero, aunque cueste o duela.
El mejor guerrero no es el que triunfa sino el que vuelve sin miedo a la batalla.