domingo, 10 de junio de 2012

Tumbada en mi cama, mirando al techo. De fondo, música que como en una película, acompaña a mis pensamientos. Pensamientos que se entrelazan los unos con los otros, y que tú eres la cuerda que los ata, que los une, que les hace nudos que se aferran en mi mente pero que por nada del mundo quiero que se deshagan. Con cada palabra tuya, con cada risa, con cada beso, esos nudos se fortalecen. No hacen daño, es más, gracias a esos nudos soy feliz. Me dan seguridad. Alegría. Bienestar. Ganas de vivir. Ganas de reír y de gritar que TE AMO. Sí, quiero gritarlo. Quiero que el eco de mis palabras se quede grabado en el aire. Que cada vez que respires, lo escuches y se meta dentro de todo tu cuerpo. Que sientas escalofríos. Siente que te amo. Vívelo. Cuando andes por la calle dibuja con la mente esas cinco letras.  En folletos. En el autobús y en el metro. En las etiquetas del precio. Quiero que nunca te olvides. No lo olvides. Creetelo porque es verdad. Te amo. Y como está grabado en el aire, lo recordaras hasta que ya no respires más. Respirar será lo último que hagas, así que recordar que te amo será lo último en lo que pienses.