Tumbada en mi cama, mirando al techo. De fondo, música que como en una
película, acompaña a mis pensamientos. Pensamientos que se entrelazan
los unos con los otros, y que tú eres la cuerda que los ata, que los
une, que les hace nudos que se aferran en mi mente pero que por nada del
mundo quiero que se deshagan. Con cada palabra tuya, con cada risa, con
cada beso, esos nudos se fortalecen. No hacen daño, es más, gracias a
esos nudos soy feliz. Me dan seguridad. Alegría. Bienestar. Ganas de
vivir. Ganas de reír y de gritar que TE AMO. Sí, quiero gritarlo. Quiero
que el eco de mis palabras se quede grabado en el aire. Que cada vez
que respires, lo escuches y se meta dentro de todo tu cuerpo. Que
sientas escalofríos. Siente que te amo. Vívelo. Cuando andes por la
calle dibuja con la mente esas cinco letras. En folletos. En el autobús y en el metro. En las etiquetas
del precio. Quiero que nunca te olvides. No lo olvides. Creetelo porque
es verdad. Te amo. Y como está grabado en el aire, lo recordaras hasta
que ya no respires más. Respirar será lo último que hagas, así que
recordar que te amo será lo último en lo que pienses.