sábado, 30 de junio de 2012


Extraño ser una niña.

Mi única preocupación era no salirme de la línea cuando pintaba, por lo único por lo que lloraba era por la muñeca que se perdió o que mi madre nunca me compró, los niños me daban asco y no lloraba por ellos, nunca me preocupaba en cómo estaba vestida al salir; el pasto, la tierra, la lluvia estaban hechos para jugar, la ducha era un lugar para bañarme y jugar, no para llorar en silencio, no tenía que preocuparme mensualmente por Andrés, comía los dulces que quería sin  preocuparme por “mantener la figura”. De verdad extraño mi niñez, ahora me enamoro, me rompen el corazón y sufro; si me ensucio la ropa "tragame tierra", si salgo tengo que ir bien vestida. El estúpido de Andrés jode cada mes. Ahora todo es mas difícil y se hace mas difícil con cada día que pasa.