Mi única preocupación era no salirme de la línea cuando
pintaba, por lo único por lo que lloraba era por la muñeca que se perdió o que
mi madre nunca me compró, los niños me daban asco y no lloraba por ellos, nunca
me preocupaba en cómo estaba vestida al salir; el pasto, la tierra, la lluvia
estaban hechos para jugar, la ducha era un lugar para bañarme y jugar, no para
llorar en silencio, no tenía que preocuparme mensualmente por Andrés, comía los
dulces que quería sin preocuparme por “mantener la figura”. De verdad
extraño mi niñez, ahora me enamoro, me rompen el corazón y sufro; si me ensucio
la ropa "tragame tierra", si salgo tengo que ir bien vestida. El
estúpido de Andrés jode cada mes. Ahora todo es mas difícil y se hace mas
difícil con cada día que pasa.