Caí innumerables veces y aún así, en cada una de ellas
supe levantarme. Lloré hasta quedarme sin lágrimas y aún así no olvidé
como sonreír. Me hicieron daño hasta llegar a sentir el corazón roto en mil
pedacitos, pero después reconocí que eran simples razguños. Callé cosas por
miedo a hacer daño a alguien y al final me destruyeron sin importarles nada. Y a pesar de todo sigo
adelante, sin importar cuantas veces caiga siempre me levantaré.